Durante su audiencia general del 1 de mayo,
el papa Francisco pidió a la dirigencia política que se esfuerce para crear
nuevos puestos trabajo "para dar
esperanza a los trabajadores" y denunció que el desempleo es la
consecuencia de un pensamiento económico que excluye "las reglas de la justicia social".
Nos preguntamos porque a la dirigencia
política? Solo a ellos les corresponde esta responsabilidad? Pensamos que si,
que solo a ellos les corresponde, porque son los que deben (debieran) tener la
responsabilidad de sustentar el bien
común.-
El desempleo es el ocio involuntario de una persona que desea encontrar
trabajo, Las causas del desempleo han sido descriptas como:
·
Friccionales:
se produce porque los trabajadores que están buscando un empleo no lo
encuentran de inmediato; mientras que están buscando trabajo son contabilizados
como desempleados. La cuantía del desempleo
friccional depende de la frecuencia con que los trabajadores cambian de
empleo y del tiempo que tardan en encontrar uno nuevo. sólo dura un corto
espacio de tiempo.
·
Temporales,
se produce cuando las industrias tienen una temporada de baja, como
durante el invierno en la industria de la construcción o en otros sectores de
producción cuyas tareas se realizan a la intemperie.
·
Estructurales
se debe a un desequilibrio entre el tipo de trabajadores que requieren los
empresarios y el tipo de trabajadores que buscan trabajo. Estos desequilibrios
pueden deberse a que la capacitación, la localización o las características
personales no sean las adecuadas. Es especialmente relevante en algunas
ciudades, profesiones o industrias, para aquellas personas con un nivel
educativo inferior a la media y para otros grupos de la fuerza laboral.
·
Cíclicas: es
el resultado de una falta de demanda general de trabajo. Cuando el ciclo
económico cae, la demanda de bienes y servicios cae también y, por lo tanto, se
despide a los trabajadores.
Existe relación entre el desempleo y la
inflación. En teoría, cuando la demanda de trabajo se eleva hasta el punto de
que el desempleo es muy bajo y los empresarios tienen dificultades a la hora de
contratar a trabajadores muy cualificados, los salarios aumentan, y se elevan los
costes de producción y los precios, con lo que se contribuye al aumento de la
inflación; cuando la demanda se reduce y aumenta el desempleo, se disipan las
presiones inflacionistas sobre los salarios y los costes de producción.
Los economistas neoclásicos consideraron el
mercado del factor trabajo en la misma forma que al resto de los mercados de
factores: bienes y servicios.
Los salarios son el precio que hay que pagar
por los servicios prestados por el factor trabajo.
En el modelo keynesiano, la causa principal
del desempleo hay que buscarla en la insuficiencia de la demanda agregada. Un
simple cambio negativo en las expectativas de los empresarios puede provocar una
disminución de su demanda de bienes de inversión lo que originará una serie de
reacciones en cadena en la que se irá perdiendo empleo sucesivamente en
diferentes ramas industriales.
La consiguiente disminución en la capacidad
adquisitiva de los trabajadores puede agravar el círculo vicioso prolongando
indefinidamente la situación de desempleo.
Se ha intentado el aumento de la demanda de trabajadores con medidas
fiscales que reduzcan los costes salariales para las empresas, bien reduciendo
las contribuciones obligatorias a la Seguridad Social (que tendrían que ser
substituidas por otros ingresos del Estado), bien subvencionando la
contratación de trabajadores que por alguna circunstancia sean menos
eficientes, minusválidos, jóvenes en su primer empleo, etc., la flexibilización
de los empleos, autorizando contratos temporales y facilitando los despidos,
que supone de hecho abaratar los costes laborales de las empresas aunque a
costa de la precarización del empleo.
Todas estas medidas han tenido resultados
transitorios, resultando ineficaces en el largo plazo.
De los cuatro tipos de desempleo clásicamente
reconocidos, los tres primeros (friccionales, temporales y estructurales)
tienen soluciones de relativamente fácil logro. El desempleo friccional
fundamentalmente se debe a un reacomodamiento de la fuerza laboral
(generalmente en la búsqueda de mejores condiciones, lo que no siempre implica
mejor remuneración); el desempleo temporal en la mayoría de
los caso resulta ser temporal y/o regional, y la fuerza laboral o bien
sobrevive en base a ahorros o bien se reacomoda en otros empleos transitorios o
en el cuentapropismo; el desempleo estructural, tal como está definido encuentra su
reacomodamiento en las articulaciones que se pueden brindar tanto desde el
ámbito patronal, como desde el Estado o de las organizaciones representativas
de la fuerza laboral.
En cambio con el desempleo cíclico se
requiere de mayor atención y cuidado, porque su presencia y permanencia se
encuentra ligada a las fases de contracción y expansión de la economía. Solo
controlando o minimizando estas se puede reducir aquel.
Y como se pueden controlar las fases
económicas? Con programación.
Si bien el mundo globalizado de hoy resulta
altamente cambiante, y lo hace a una velocidad antes desconocida, no resulta
imposible programar, al mediano y
largo plazo, procesos económicos autosustentables e interrelacionados.
A simple modo de ejemplo podríamos mencionar
un programa de red ferroviaria nacional,
hoy inexistente que partiendo de su planificación e implementación, atravesara
toda la etapa de construcción, puesta en marcha y mantenimiento, con el cual en
forma gradual y paulatina se irían creando empleos directos e indirectos de manera creciente, que a su vez pudieran estar
relacionados con otras actividades económicas (logística, turismo,
etc.).
Ahora bien, la programación para el mediano y largo plazo, exige el compromiso de
las fuerzas política de sostenerla como POLITICA DE ESTADO, con independencia
de quien transitoriamente administre, y esto a su vez exige de un paso previo:
que en el proceso de ideación de la programación
participen todos los sectores políticos con representatividad en consuno con el
resto de los sectores sociales (empresariales, gremiales, sociales, etc.)
Nuevamente resaltamos esta acuciante necesidad
(la de participación en la elaboración de POLITICAS DE ESTADO) como paso
imprescindible para transformar la realidad.
Solos no podemos, en conjunto lo lograremos.
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